La FIFA cumplirá su promesa: las entradas para el Mundial de Brasil 2014 serán las más baratas de las últimas décadas. Ha encontrado el truco perfecto para que salgan las cuentas reservando una categoría especial para personas desfavorecidas. Únicamente estudiantes, receptores del Programa Bolsa Familia (ayuda pública a los más pobres) y ancianos brasileños podrán comprar entradas de entre 20 y 115 euros. El resto serán más caras.
Los campos se dividirán en cuatro zonas. Cada una tendrá unos precios diferentes en función de la categoría. La cuarta es la más barata y la que rompe la media de precios. Si no contásemos las tarifas mínimas reservadas a los aficionados brasileños con menor poder adquisitivo, el resto costaría entre 60 y 674 euros, más que en Sudáfrica. En el Mundial de 2010 las entradas que en Brasil costarán 60 euros costaban 20 dólares (15 euros). El precio del resto subirá en la misma proporción.

Hay que tener en cuenta que de los 3,3 millones de entradas que se venderán en Brasil 2014, la mitad están reservadas a la FIFA, las asociaciones brasileñas de fútbol, Confederação Brasileira de Futebol (CBF), socios comerciales, vips, comité organizador y gobierno federal, entre otros. Si estas instituciones renuncian a una parte, las entradas se venderían entre el resto de aficionados de Brasil. La FIFA incluso estudia la posibilidad de reservarlas a los «grupos de fans más fieles», tal como explicó Thierry Weil, director de entradas de la organización.

La venta comenzará el próximo 20 de agosto y se dividirá en cinco fases. En algunas las entradas se sortearán y en otras se comprarán por Internet directamente. La última oportunidad será el 13 de julio de 2014, justo el día de la final.
La FIFA también promete ampliar los locales para retirar las entradas debido a las críticas tras la pasada Copa Confederaciones cuando cientos de aficionados llegaron tarde a los partidos debido a las dificultades para recoger sus ingresos.