Los robos en masa vuelven a las playas de la zona sur de Río de Janeiro. Decenas de ladrones se unen para intimidar y asaltar a los bañistas, principalmente a los extranjeros. Este fenómeno, conocido como ‘arrastão’, comenzó a producirse en la década de los 80. Ahora, a falta de un mes para que empiece el verano en Brasil y a siete para que comience el Mundial de Fútbol, este tipo de saqueos hacen temblar a las autoridades brasileñas.
Las zonas turísticas de Río de Janeiro como las playas de Ipanema y Copacabana son las más afectadas. El pasado 20 de noviembre, festivo en gran parte de Brasil con motivo del Día de la Conciencia Negra, se produjo un episodio de este tipo que fue recogido por un cámara de O Globo. Un bañista corre hasta el agua con un objeto que parece una cámara de fotos en la mano. Tras él, una docena de ladrones intenta quitárselo mientras varios miembros de la Policía Militar tratan de impedirlo. Entre los asaltantes, niños menores de diez años.

Para evitar que estos robos se reproduzcan y alarmen a la prensa internacional, el gobierno de la ciudad ha establecido una vigilancia especial en el paseo marítimo de la zona sur. 600 policías militares se pasearán los fines de semana y festivos por este área y se realizarán controles incluso en los autobuses. Si es suficiente o no todavía está por ver. Por el momento, lo que parecía un problema superado vuelve a producirse en un país cuya seguridad ciudadana está bajo sospecha.
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