Maracaná estrena normas de conducta. Ya lo intuían los aficionados. «Con la Copa Confederaciones y el Mundial nada volverá a ser como antes», me decía un taxista en Río de Janeiro hace un par de semanas.
«Antes la gente de la favela podía ir a los partidos por 20 reales (7 euros), ahora nadie entrará por menos de 70 (24 euros). Es injusto», lamentaba. No solo eso, la torcida carioca no podrá asistir a los partidos con banderas que utilicen caña de bambú para mantenerse erguidas, ni quitarse la camiseta, ni ver los partidos de pie, ni llevar instrumentos musicales y mucho menos tocar el tambor. ¿¡Qué sería de Manolo el del bombo en Brasil!?

Las nuevas costumbres que pretende implantar Maracaná S.A, el consorcio que se encarga de administrar el estadio, están siendo muy cuestionadas por las aficiones de Río de Janeiro. No les gustan las medidas de lo que los gestores del estadio han llamado Termo de Ajuste de Conduta (TAC) y que también incluye la colocación de rejas para separar a los aficionados rivales en los clásicos de la ciudad entre Flamengo, Vasco da Gama, Fluminense y Botafogo.
Los clubes no se hacen responsables
Al consorcio le preocupa la violencia y la educación de los aficionados. Lo que rompan, corre a cuenta de Marcaná S.A. Los clubes no se hacen responsables puesto que no tienen nada que ver con el estadio. Ellos juegan, otros gestionan lo recaudado.
Esta nueva realidad en el que un día fuera el mayor estadio de fútbol del mundo, también la viven en otras ciudades de Brasil. Los administradores del Arena Fonte Nova, en Salvador de Bahía, ya vieron cómo en el primer clásico entre Vitória y Bahía, los radicales rompieron 200 sillas.
En el segundo choque, destrozaron otras 43. Para que los aficionados desistan de comportarse de esta forma, publicaron en los periódicos las imágenes de los que fueron pillados por las cámaras de seguridad.
El primer partido entre clubes en el nuevo Maracaná se disputará el 21 de julio. Se enfrentan Fluminense y Vasco en el Campeonato Brasileiro. Veremos si las normas de comportamiento funcionan o no.