La cuenta atrás para el comienzo del Mundial de Brasil ha empezado y los medios de comunicación se han llenado de repente de noticias que auguran un campeonato frustrado por las protestas. Entender las reivindicaciones de los brasileños no es una tarea sencilla, como tampoco lo es explicarlas.
Cansada de leer artículos de nuevos gurús y porquerías periodísticas varias cuyo único fin es sumar audiencia pese al peligro de faltar a la verdad, he pedido la opinión a nueve periodistas, la mayoría brasileños, que conocen muy bien la idiosincrasia del país y las reivindicaciones de un sector de la ciudadanía.
1. ¿Por qué protestan los brasileños contra el Mundial?
– Thiago Arantes, corresponsal de ESPN Brasil en España: «El Mundial no es el único motivo de las protestas. El gobierno brasileño invirtió mucho dinero, la gente cree que parte de ese dinero debería ir a otros sectores como salud, educación, transporte. Hay estadios que han costado 400 y 500 millones de euros al lado de escuelas y hospitales que necesitan inversión».
– Diego Salgado, periodista de Estadão: «Es una unión de dos cosas: el gasto en la preparación (supera los 8.000 millones de euros) y el descontento de los ciudadanos con el gobierno, principalmente los sectores públicos».
– Erica Chaves, periodista de TV Globo y colaboradora de Terra Brasil: «Los brasileños protestan contra el dinero gastado en el Mundial y contra la falta de inversión en áreas como sanidad, educación y transporte. En mi opinión, Brasil necesita gastar en infraestructuras antes de acoger un Mundial, pero ahora ya no es el momento de protestar. El momento de hacerlo fue cuando Brasil fue escogido, hace años».
– Rodrigo Prada, director de Portal 2014: «El Mundial de fútbol es el mayor evento mediático del planeta. Diversos movimientos sociales se han dado cuenta de que podrían aprovecharlo para difundir sus reivindicaciones».
– Fernando Kallás, periodista de AS: «Hay un gran descontento de la sociedad brasileña con las acciones del gobierno. La gente tenía una esperanza enorme de que estos mega eventos ayudaran a cambiar el país y a final de cuentas no se ha hecho casi nada y hay una sensación de que ha sido una oportunidad perdida. Además, existe una impresión general de que las exigencias de la FIFA son abusivas».
– Germán Aranda, periodista de El Mundo en Rio de Janeiro: «Cuando los brasileños salieron a las calles en junio del pasado año, el Mundial no era al principio uno de los puntos principales. La corrupción endémica, la precariedad de los hospitales y colegios públicos, los abusivos precios del transporte, eran las principales reivindicaciones. La violencia policial se sumó con fuerza después. A medida que el gasto ha ido creciendo de forma exagerada, el tema del Mundial ha centrado las reivindicaciones».
– Luis Tejero, excorresponsal de El Mundo en Brasil y analista político: «Cada vez está más extendida la sensación de que el país y sus gobernantes no han aprovechado la oportunidad como deberían. The Economist lo resumió de forma brillante con sus famosas dos portadas de 2009 y 2013. Los brasileños han pasado del optimismo al pesimismo y se han dado cuenta de que los beneficios económicos no se han repartido por igual entre toda la población. Muchos se han despertado y no dejan de preguntarse si tiene sentido gastarse millones y millones en organizar un Mundial cuando todavía quedan miles de hospitales, colegios y carreteras por construir».
– Vinicius Covas, freelance para América Latina y bloguero: «La gente protesta contra el gasto abusivo. También hay grupos que están en contra del actual gobierno y de esta forma contribuyen a generar el caos y el desorden para poner al pueblo contra el país».
– Virgilio Neto, periodista, profesor y gestor deportivo : «Porque están cansados del aumento del coste de vida y de la subida de impuestos y que eso no se traduzca en buenos servicios para los ciudadanos. Hay poca inversión en educación e investigación y ninguna en transporte público. Convivimos con autobuses llenos, una red ferroriavia ridícula, calles y carreteras repletas de automóviles… Los servicios prestados a los ciudadanos son pésimos: energía eléctrica, agua, telefonía. La burocracia es tremenda. En medio de todos estos problemas asistimos a escándalos de corrupción y desvío de fondos públicos. Estamos cansados y decepcionados. El pueblo brasileño no disfruta del crecimiento. La economía creció, pero el país como un todo no lo ha hecho».
2. ¿Es mayoritario el descontento de los ciudadanos o se trata de un sector reducido?
– Rodrigo Prada: «Es minoritario. Brasil tiene casi 200 millones de habitantes y los movimientos de estos años no son tan representativos pero con el ruido que provocan da la impresión de que todos estamos en contra del evento».
– Diego Salgado: «Reducido no es, pero también no llega a ser mayoritario. Está relacionado con movimientos sociales».
– Fernando Kallás: «Los números no mienten. El último sondeo de Datafolha muestra que apenas el 48% de los brasileños apoya el Mundial. ¡La frustración es general!».
– Erica Chaves: «Mucha gente en Brasil (también los que no protestan) está contra el Mundial porque cree que el país necesita infraestructuras».
– Germán Aranda: «Mitad y mitad, diría yo, basándome también en algunas encuestas de opinión que han salido publicadas».
– Vinicius Covas: «Yo digo que reducido. Sin embargo el sentimiento de que podría haber inversiones en salud y educación es general. Amamos el fútbol pero amamos también a nuestra gente y queremos mejores condiciones de vida para nosotros».
– Luis Tejero: «Los ciudadanos están mayoritariamente cabreados por la falta de infraestructuras, la corrupción y otros problemas que afectan al país, pero sólo la mitad respalda las protestas en las calles».

– Thiago Arantes: «Mucha gente en Brasil no sabe exactamente contra lo que está protestando. ¿Contra la FIFA, contra el gobierno, contra todo? Las protestas comenzaron con reclamaciones claras pero se transformaron en manifestaciones sin un foco de las que se han apropiado grupos relacionados con partidos políticos, anarquistas… Si el descontento es mayoritario o no las elecciones de octubre lo dirán de una forma más clara».
– Virgilio Neto: «Es un movimiento reducido. Están en contra del evento y están en contra de la forma cómo se ha organizado. Ya no hay tantas personas en la calle emocionadas con el Mundial como había antes cuando pintábamos las calles, colgábamos banderas en las casas y solo se hablaba de fútbol. No existe más eso. Sinceramente, es como si el Mundial no fuese a celebrarse. La mayoría es indiferente al evento. Estamos más atentos a las elecciones presidenciales de octubre».
3. Desde que la FIFA escogió a Brasil para acoger el Mundial hasta la Copa Confederaciones del año pasado fuera de Brasil existía la creencia de que los brasileños apoyaban tanto el Mundial como los Juegos de Rio de 2016. ¿Qué ha pasado durante este tiempo?
– Diego Salgado: «Ayudó el hecho de que Brasil pase por un momento económico complicado, de mucha incertidumbre. Las manifestaciones de 2013 comenzaron contra el aumento de la tarifa de autobús. Entonces, mucha gente comenzó a cuestionar los gastos del Mundial y el poder de la FIFA. El pueblo brasileño se dio cuenta tarde de los errores en la preparación del Mundial».
– Erica Chaves: «Fuera de Brasil, hasta la Copa Confederaciones no se empezó a hablar del sentimiento en contra de estos eventos que estaba creciendo aquí. La gente tardó en reaccionar y protestar».
– Germán Aranda: «Creo que el aumento de los precios en las ciudades sede, especialmente de la vivienda, y la aparición de problemas sociales relacionados con el Mundial (como las desapropiaciones de favelas donde se querían hacer obras, por ejemplo) empezaron a alertar de que ese no era el estilo que muchos ciudadanos querían para ese evento. Si, además, no se hubiera gastado tantísimo dinero público en estadios o ese dinero hubiera sido de origen privado como se dijo inicialmente, el rechazo no habría sido generalizado. Las previsiones de gastos han ido aumentando progresivamente hasta dar en el Mundial más caro de la historia. Todo eso mientras se tiene la sensación de que la alta carga tributaria del país no se traduce nunca en servicios públicos de calidad».
– Fernando Kallás: «Se esperaba mucho y se ha hecho poco…»
– Virgilio Neto: «La FIFA escogió a Brasil por falta de opciones. Era cuestión de rotar continentes y para dar una primera oportunidad a América del Sur. No había unanimidad a la hora de querer acoger grandes eventos, tanto el Mundial como los Juegos Olímpicos. Buena parte de la población lo rechazaba precisamente por la manera como serían organizados. Ni el Mundial ni los Juegos Olímpicos deberían ser prioridades para Brasil».
– Rodrigo Prada: «Las manifestaciones no eran contra el Mundial pero se han ido transformando en actos contra el evento».
– Thiago Arantes: «Mucha gente solo percibió las dimensiones del problema en la víspera de la Copa Confederaciones. Eso, según mi opinión, disminuyó la fuerza de cualquier movimiento: protestar contra estadios construidos no tiene sentido, deberían haber protestado cuando todo estaba sobre el papel».
– Luis Tejero: «El descontento generalizado se ha traducido en una disminución del apoyo a la organización del Mundial. No significa que a los brasileños les haya dejado de gustar el fútbol o que no vayan a disfrutar con los goles de su selección, pero preferirían que el Estado destinara sus recursos a otras prioridades más urgentes».

– Vinicius Covas: «Estamos a favor. Nos encanta fútbol. Somos hospitalarios. Nos gusta este intercambio con la gente de todo el mundo. Los brasileños, en general, no están en contra del Mundial pero sí contra la falta de inversión en temas más importantes que un partido de fútbol».
4. ¿Hay realmente riesgo de que las protestas puedan paralizar el Mundial?
– Fernando Kallás: «No se puede especular pero hoy la sensación que existe es que la situación está en manos de los ciudadanos. Y no parece que las manifestaciones vayan a disminuir, todo lo contrario…»
– Thiago Arantes: «Yo creo que es muy, muy difícil. Puede haber conflictos, algunos problemas puntuales, pero es complicado que cualquier protesta paralice el Mundial».
– Luis Tejero: «No lo creo, pero sí pueden darle un buen dolor de cabeza a Dilma en pleno año electoral».
– Vinicius Covas: «No. Podemos decir que Brasil está dividido en dos: una parte de la gente estará dentro de los estadios y otra fuera. Todos tienen los mismos derechos».
– Rodrigo Prada: «No creo».
– Diego Salgado: «Creo que es bastante improbable, casi imposible. Los 64 partidos se disputarán con normalidad».
– Virgilio Neto: «No, nunca vi tanta policía en las calles, en cada esquina. Las Fuerzas Armadas están preparadas para actuar en cualquier momento. Las protestas se producirán pero no van a paralizar el Mundial».
– Erica Chaves: «No creo que las protestas paralicen el Mundial porque, como dije, el tiempo de protestar era antes de que el gobierno gastase el dinero».
5. ¿Es peligroso viajar a Brasil durante el Mundial?
– Germán Aranda: «Creo que no es peligroso para quien se mueva por los lugares más obvios y turísticos, que estarán exageradamente nutridos de policía. Tampoco creo que las manifestaciones vayan a suponer un peligro para los turistas, puesto que los episodios de violencia rara vez son graves, si bien se pueden dar altercados a las puertas de los estadios. No obstante, lo que temo es al turista aventurero al que le pueda pasar algo por ir a parar a lugares más alejados, donde la violencia es mucho mayor».
– Vinicius Covas: «No, pero todo depende de la ruta del turista. Los enfrentamientos que se suceden no son por nada, en general se producen cuando algún grupo usa fuerza exagerada ante la policía o patrimonio nacional. Entonces los agentes de seguridad tienen que hacer lo mismo y comienza el caos. Los turistas no tienen nada que ver con eso».
– Fernando Kallás: «No creo que sea ni más ni menos peligroso que en otra época. Un viaje a Brasil siempre requiere de cuidados y atención redoblada».
– Thiago Arantes: «Brasil es peligroso comparado con patrón de seguridad europeo. Creo que durante el Mundial, en las llamadas ‘áreas FIFA» (centro de las ciudades, zonas hoteleras, estadios) habrá gran seguridad. Fue así en Sudáfrica, un país más peligroso que Brasil. En el resto de lugares creo que el peligro será «normal». Mas que peligroso será muy caro, esso sí. Los brasileños ven el Mundial como una oportunidad de ganar dinero fácil y en Brasil el dinero fácil acostumbra a ser sinónimo de extranjero».
– Rodrigo Prada: «No creo. Tendremos mucha seguridad durante el Mundial: la policía, las fuerzas armadas, es una buena planificación. El gran problema vendrá después. Veremos si se pueden mantener los mismos niveles».

– Diego Salgado: «No, porque las protestas no son contra los turistas. El viaje tendrá algunos riesgos pero serán riesgos normales como los que ya existen desde hace mucho tiempo».
– Luis Tejero: «Si uno sabe por dónde moverse y qué lugares evitar, no tiene por qué ser peligroso. Lo mejor es dejarse guiar por amigos brasileños o por alguien que conozca bien el país».
– Erica Chaves: «No creo que sea peligroso. Las protestas son contra el gobierno y no contra los extranjeros. Los turistas en realidad van a dejar dinero aquí y eso es positivo para la economía del país».
– Virgilio Neto: «Definitivamente, no. Recomendaciones que puedo hacer a quien venga: en São Paulo use trenes y metro, es la mejor ciudad de Brasil para eso. Entre las capitales, escoja el autobús, son cómodos, seguros y te dejan en el centro de la ciudad. Entre otras ciudades, elija el taxi. Cambie el dinero en los aeropuertos o las estaciones de autobús. Son poco comunes las casas de cambio en la ciudad. En Porto Alegre, algunos lugares aceptan pesos argentinos y uruguayos, pero generalmente no se acepta moneda extranjera en Brasil».
6. ¿Qué opina sobre las acusaciones de que el gobierno brasileño estaría promoviendo asesinatos para limpiar las calles de pobres?
– Vinicius Covas: «Es mentira. Así nacen los rumores. El gobierno tiene programas de recuperación de niños de calle y ayuda a esa gente incluso para que no se involucren en algo peor como el tráfico de drogas y los robos. Eso es un ataque al buen periodismo o quizá un apoyo al periodismo de copia y pega. Un pseudo-periodista crea una información y luego otro lo comparte listo: la información (difamación) está creada. El gobierno de oposición al actual lo agradece».
– Germán Aranda: «Las acusaciones provienen de un periodista danés que estuvo en Fortaleza y no cita fuentes, de modo que no creo que sean muy creíbles en este caso concreto. ONG’s locales que trabajan con jóvenes de las calles niegan tener ni una denuncia o sospecha al respecto. Unas declaraciones sin demasiado sustento se han viralizado».
– Rodrigo Prada: «Siempre existen teorías de la conspiración rodeando grandes eventos. No es verdad esta afirmación. Tuvimos algunos problemas relacionados con la reorganización de las familias en las áreas por donde hubo que realizar obras de movilidad urbana. Estos movimientos podrían estar mejor organizados pero no fueron ni produjeron perjuicios en ese sentido».

– Diego Salgado: «No me las creo. Brasil, claro, quiere dar una buena imagen al exterior y sabe que actos de ese tipo, si se descubren serían un escándalo».
– Erica Chaves: «¿Quién dijo esa tontería? ¿Qué periodista imprudente difunde una falsa noticia como esa? ¿Con qué objetivo? Creo que cualquier tipo de noticia alarmista y sin fundamento no merece ninguna credibilidad. Un periodista que difunde rumores no puede ser considerado ni en su círculo ni en la sociedad. Si yo fuese el jefe de alguien que dice que en España el gobierno incentiva la muerte de personas sin hogar para esconder que hay pobres en la calle no daría credibilidad se él no tuviera pruebas y no daría cabida a una notica como esa en mi país».
– Luis Tejero: «Huele a bulo. Y como tal, lo mejor es no alimentarlo».
– Thiago Arantes: «Opinar sobre acusaciones es algo peligroso, pero si hay alguien que realmente lo cree, sería interesante que lo probase. Lo que existe y es lamentable es la retirada (muchas veces a la fuerza) de gente de sus casas para construir estadios, calles y otras obras relacionadas con el Mundial».
7. ¿Cree que la prensa extranjera está contando realmente lo que pasa en Brasil o exagera?
– Luis Tejero: «Prensa extranjera es un concepto demasiado amplio. Yo distinguiría entre los periodistas serios –sobre todo los anglosajones– que llevan tiempo en el país y que se esfuerzan por contar lo que ocurre con todos sus matices, y los paracaidistas que acaban de aterrizar en Brasil y que no siempre aciertan con sus enfoques, sea por desconocimiento, por sensacionalismo o por una mezcla de ambos. ¿Está habiendo protestas contra el Mundial? Sí. ¿Se debe hablar de ellas en los medios? También. ¿Hay que convertirlas en el tema principal y casi exclusivo? Seguramente no».
– Erica Chaves: «No estoy siguiendo mucho lo que se dice fuera últimamente pero creo que si están escribiendo reportajes sentados en sus sillas y no in situ, al menos deberían escoger bien las fuentes. Ellos son responsables de lo que dicen y deben ser responsabilizados también por sus errores».
– Vinicius Covas: «Exagerada. Vende más periódicos. Pero así son las cosas: Brasil, de héroe a villano. Es la leyenda del héroe».
* MIL GRACIAS A TODOS LOS PROFESIONALES QUE HAN COLABORADO EN ESTE ARTÍCULO ;)
Muy bueno tu reportaje Vinicius, Un saludo desde Puebla México.