El hotel Regina está situado en el barrio de Flamengo, al lado de la playa con el mismo nombre y junto al famoso ‘Aterro do Flamengo’. A tres minutos caminando se encuentra la estación de metro de Catete, que facilita el deplazamiento por la ciudad, sobre todo para quien quiere ir al centro y a la zona sur, donde están las playas de Copacabana, Ipanema y Leblon.
Una gran parte de la gente que se aloja en este lugar viene a congresos, seminarios y otro tipo de eventos que incluso se realizan en el propio hotel. Sus grandes salas atraen a empresas y organizaciones que necesitan reunir en un mismo lugar a sus invitados. También hay muchos jóvenes, algunos grupos de amigas y amigos que quieren aprovechar unos días en la ‘cidade maravilhosa’. Este sitio es perfecto para ese perfil de viajero porque dispone de habitaciones con hasta tres camas grandes.

Los dormitorios son sencillos pero cómodos, sin grandes lujos pero también sin limitaciones. Los baños son limpios y organizados, las camas confortables y hasta hay una mesa de trabajo ideal para quien, como yo, necesita estar conectado al ordenador una buena parte del día.
El servicio de wifi es de pago, (5 reales, 1.50 euros al día), aunque la primera hora es gratuita. La velocidad no es maravillosa (no conozco ningún sitio aquí donde Internet vuele) pero es correcta para trabajar sin prisas.

Una de las cosas que más me llamó la atención a la hora de escoger este lugar fue el gimnasio. Aunque finalmente no lo he podido usar, porque mi día de lluvia en Rio de Janeiro fue más entretenido de lo que esperaba, está bien para quemar las calorías de más de tus días de vacaciones.
Tiene cinta de correr y bicicletas, tampoco esperes una amplia variedad de mancuernas porque no las encontrarás. Lo que sí encontrarás es una sauna y un jacuzzi, que no parece muy usado, pero que está bien si quieres relajarte en el hotel. Ambos lugares cierran a las 22.00 horas de la noche.

Bajo mi punto de vista, lo mejor de este hotel, con muchísima diferencia, es el desayuno que, por cierto, va incluido en el precio. Es increíble la variedad de la que disponen. Tienen frutas frescas de todo tipo: goiaba, kiwi, piña, papaya, fresas… Y un montón de tipos de tarta que de repente quieres probar aun sin tener hambre. Por si fuera poco, por supuesto, no falta el pão de queijo, los embutidos, los quesos, los panes de diferentes tipos y las comidas calientes.
Incluso tienen sándwiches mixtos listos para tomar. Otra cosa interesante son los zumos de frutas naturales… ¡buenísimos! Nada más llegar al restaurante he pensado: «Aunque solo fuera por este desayuno tremendo me alojaría aquí más veces». Sencillamente, ¡sensacional!
En cuanto a los precios, dependen, como en la mayoría de los sitios, de la época del año y del tipo de habitación.El mínimo es de 100 euros por noche en una habitación doble y temporada baja.
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