Iguaçu y otras cataratas (y cascadas) de Brasil que merece la pena visitar

Las cataratas de Iguaçu son una de las principales atracciones turísticas de Brasil. En 2015 han registrado el mayor número de visitantes de los últimos diez años con más de un millón y medio de turistas. Iguaçu es el segundo parque brasileño más visitado después del Parque Nacional da Tijuca, en Río de Janeiro.




Esta maravilla de la naturaleza ocupa una zona del estado de Paraná, en Brasil, pero también linda con Argentina y Paraguay. La localidad brasileña donde tienes que dirigirte para ver los espectaculares chorros de agua que impresionan al mundo entero es Foz do Iguaçu, donde además se encuentra la presa hidroeléctrica de Itaipú y la desembocadura del río Iguaçu en el Paraná. Allí puedes hacer excursiones muy variadas y organizadas e incluso sobrevolar todo el parque en helicóptero.

Cachoeira do Tabuleiro. Foto: Mariano Vale

– Cachoeira do Tabuleiro

La mayor cascada del estado de Minas Gerais. Se encuentra en la localidad de Conceição do Mato Dentro. Su volumen depende de la época del año pero ocupa aproximadamente 700 metros cuadrados y tiene 18 metros de profundidad. El agua siempre está a menos de 20 grados. Cuenta con varios pozos de diferentes dimensiones donde te puedes bañar tranquilamente teniendo cuidado con los bloques de piedras.

Cachoeira do Caracol. Foto: M. Veras

– Cachoeira do Caracol

Se encuentra en el Parque Estadual de Caracol, dentro del municipio de Canela, en Rio Grande do Sul. Es el segundo punto más visitado de la región. La vegetación alrededor de esta cascada de 130 metros de altura de  es muy cerrada, pero se ha facilitado el acceso para que los turistas puedan llegar hasta la cima. Una recomendación básica es hacer ‘trilhas’ (paseos) guiadas por expertos de la zona para disfrutar no solo de la flora sino también de la fauna local. En los alrededores hay restaurantes, tiendas, un mirador y un museo de la colonización.

Cachoeira do Tororó. Foto: J.H. Cordeiro

 – Cachoeira do Tororó

La cascada más atractiva del estado de Brasilia. Se encuentra en la localidad de Santa María.  No es grande, tiene 18 metros de altura, pero es perfecta para practicar deportes como el rapel o simplemente para tomar un baño y estar en contacto con la naturaleza. La capital, Brasilia, está a 35 kilómetros de distancia por lo que es muy común que la gente aproveche los días de fiesta y los fines de semana para pasar una tranquila jornada en este remanso de paz.

Cachoeira do Buracão. Foto: G. Salgado

– Cachoeira do Buracão

Una de las principales atracciones de la famosa Chapada Diamantina, la espectacular sierra bahiana que atesora también otra de las cascadas más conocidas de Brasil, la cachoeira da Fumaça. Para acceder es recomendable contratar los servicios de un guía especializado. Hay muchos en la zona, pero tendrás que negociar porque una jornada te puede salir por más de 150 euros. Lo ideal es formar grupos y regatear el precio.

Cachoeira Boca da Onça. Foto: Leonardo Araujo

– Cachoeira Boca da Onça

Situada en la localidad de Bonito, un municipio joven y pequeño de menos de 20.000 habitantes localizado en el estado de Mato Grosso do Sul, esta cascada es la más alta de la zona con 156 metros. Se pueden hacer paseos por medio del monte natural reservado y practicar rapel. En el río Salobra encontrarás varios puntos donde tomar un baño tranquilo en medio de este espectacular paraje natural al que cada año visitan miles de turistas tanto brasileños como extranjeros.

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