Hoy no voy a contar curiosidades, ni sucesos, no voy a recomendar música, libros, tiendas, restaurantes y tampoco voy a analizar los últimos acontecimientos políticos o económicos de Brasil. Me apetece más reflexionar, expresar aquí los pensamientos en abstracto que cada día pasan por mi cabeza.
Desgraciadamente, dar explicaciones sobre por qué me gusta Brasil o por qué no se ha convertido en una costumbre ineludible que estoy obligada a responder con razonamientos, muchas veces torpes, que no me satisfacen ni a mi misma. Es difícil contestar con argumentos sólidos al típico: «¿Por qué te gusta tanto Brasil?» «Wow… otra vez… ¿y ahora cómo lo explico?», pienso.
A riesgo de repetirme y parecer utópica y estúpida, recurro al plano emocional. «Me hace bien, me ayuda, es bueno para mi espíritu. La gente es generosa, amable, simpática, acogedora…» Y es verdad. Sinceramente lo pienso. Pero entonces siempre hay alguien que te recuerda que Brasil es el reino de la hipocresía. «Bueno, tal vez… pero me gusta». «¿Pero cómo te puede gustar un sitio con tanta violencia, corrupción, desigualdad, injusticia…?», me dicen una y otra vez.

Río de Janeiro. Foto: Virtudes Sánchez
«Pues sí, todo eso es cierto, pero mi experiencia es buena (antropológicamente optimista, como Zapatero), Brasil me aporta cosas que España ya no me puede enseñar», suelo responder. «¡Estás loca!», escucho antes de que traten de convencerme de que me quede aquí para siempre y no cometa la imprudencia de irme a vivir a Brasil.
Y es que al fin y al cabo no soy más que una española que ama en la distancia. Así deberían ser todos los amores para ser perfectos, casi imaginarios. A menudo me encuentro con españoles que no tienen ninguna relación con Brasil y que me sirven de ‘sparrings’ para comprobar cuál es la imagen que les ha llegado. Son ‘brasileñamente’ vírgenes. Eso me permite descubrir detalles sobre la opinión externa del país, me da ideas, me sitúa en la normalidad de mi propia comunidad.
Generalmente cuando pronuncias la palabra mágica, Brasil, se acuerdan del fútbol, del carnaval y de los tangas de las chicas en la playa.
Ok, entra todo dentro de lo normal. No soy yo partidaria de extender estereotipos, más bien al contrario, pero en un lugar donde los propios brasileños expatriados organizan fiestas en las que la mayor atracción son las mulatas bailarinas, no podemos esperar otra cosa…
Luego están los españoles que sí viven en Brasil, algunos de ellos compañeros de profesión. Los admiro a todos. La vida los ha colocado allí, a veces contra su propia voluntad, y deben superar obstáculos que aquí jamás encontrarían. Tiene mucho mérito.
Diría, sin temor a equivocarme, que suelen ser los más duros conmigo. Unos me acusan de cobarde por vivir en España (puedo ser cobarde por muchas cosas, pero no por eso queridos) y otros hasta de pertenecer a una clase social alta (pero, ¿qué me estás contando? ¿De verdad es lo que parece?).
Para ellos, lo digan o no, una española que escribe sobre Brasil a 8.000 kilómetros de distancia no tiene ni legitimidad ni credibilidad. Huyo de este debate como también huyo de las frustraciones que provocan rechazo, crueldad, odio y recelo hacia los demás. Otro de los motivos por los que me gusta Brasil, la famosa expresión: «Não tô nem aí» (¡Me encanta!).
Después están los brasileños, los que viven allí, los que emigraron a algún rincón del mundo y los que están buscando alternativas para escapar de la incipiente crisis. A todos ellos estoy especialmente agradecida.
Primero porque me enseñan cosas que me permiten seguir teniendo gasolina en la cabeza para escribir este blog y, segundo, porque normalmente valoran que alguien dedique tiempo a ofrecer una imagen lo más positiva posible sobre un país que arrastra clichés como losas intransportables.
Aún así, de vez en cuando aparece el típico brasileño hiper patriota que cree que plasmar aquí algunos problemas de Brasil, como la injustificada violencia (¿tengo que pedir perdón?), es el reflejo de un falso amor hacia su país. A veces me pregunto: «¿Acaso me pagan para hacer propaganda?».
El otro día compartí en Facebook un artículo de Xico Sá, bajo mi punto de vista, buenísimo, titulado: ‘A má educação do Brasil para a derrota’ (no pongo el link porque El País me multa). Pronto un seguidor (ya exseguidor, hay gente muy susceptible) me acusó de buscar siempre cosas malas de su país mientras digo que me encanta.
Pero vamos a ver… ¿Por qué iba yo a perder gran parte de mi tiempo escribiendo sobre algo si no me gusta? ¿Tendría sentido pretender ser cruel con un lugar que me hace feliz? ¿Para qué? Y vuelvo a pensar: es difícil complacer a todos.
A veces creo que no me entienden ni los españoles, ni los brasileños, ni el resto de gringos del planeta. Unos porque esperan más dureza y otros porque quieren campanitas sonando a su alrededor como si todo fuera maravilloso. ¿Qué hacer? ¿Cómo actuar?
Es mucho más difícil de lo que parece sentir que estás en la obligación de dar explicaciones por ser española, vivir en Madrid y amar Brasil pese a ver claramente cuáles son algunos de los motivos de su atraso (los de España también los intuyo, tranquilos).
Demasiadas acusaciones que soportar, cuestiones imposibles de responder, limitaciones que vencer… que nadie coloque vendas en la boca de nadie, por favor. Vamos a debatir, a pensar juntos. Dejen al mundo expresarse y avanzará 😉
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Saudaçoes dona virtudes que deus te bendiga na gloria de JESUS!
Em lugar de vivir em Madrid deberias morar na nossa terra,mesmo no siendo um lugar seguro(en el sul sea mas tranquilo prar vivir) tampoco deve ficar precavida demais!
Aproposito tu crees en dios!?
Obrigada Vito! Estou querendo fazer um tour só no sul do Brasil para conhecer bem mas vamos deixar passar o inverno né? rsss… Não gosto de falar muito de religião, me desculpe 😉 Beijos!
A los brasileños les gusta mucho criticar duramente y sin piedad a su propio país, pero no se bancan que un extranjero emita una opinión negativa, les salta el «patriotismo» jajajajajaja.
La opinión de alguien de afuera, sin los mismos condicionamientos, es una valiosa contribución, permite cuestionar y reflexionar, pero lo 1ro que te dicen es que si vas a criticar que te vuelvas a tu país.
Pues sí Beatriz, entra dentro de lo normal. A los españoles tampoco nos gusta que los alemanes o británicos nos critiquen pero es que esa no es mi intención en el caso de Brasil. Analizar desde el cariño está muy lejos de querer sacar defectos, pero bueno… Tienes razón en lo que dices. Un besito! 😉
Virtudes, enhorabuena por su blog. Ya he vivido en Valencia, Espanha, durante 2 años y fueron sin duda los mejores años de mi vida.
A mi me gusta mucho Brasil, pero amo más mi família que está aquí, algo que me imposibilita mucho en volver a vivir en España 🙁
Un saludo desde Salvador de Bahía
Ohhhh… Salvador!!!!!! Dios mío, qué ciudad diferente. Tengo muy buenos recuerdos de ahí. Volveré más pronto que tarde, seguro 🙂 Muchas gracias por tus palabras y espero que tu también puedas venir a España en breve. Un abrazo enorme!
Hola, Virtudes, te doy mi enhorabuena por tu blog, que acabo de descubrir hace poco. Soy de Valencia pero este es mi séptimo año viviendo en Brasil. He vivido en diferentes ciudades, ahora vivo en São Paulo, y he tenido la oportunidad de viajar por todo el país y conocer a sus gentes. Tengo que decirte que me identifico completamente con tus comentarios y siento que reflejas con gran exactitud la idiosincracia de este país, cosa que no podemos decir de los grandes medios de comunicación españoles, que siguen llenando sin ningún rubor sus crónicas sobre Brasil de tópicos y estereotipos. Quien quiera conocer este país, tiene en tu blog un referente de sinceridad y profesionalismo. Parabéns!!!
Jo Tony, mil gracias! Este tipo de comentarios son los que me llegan al corazón más profundamente 🙂 Tú tienes mucha más experiencia brasileña que yo y más conocimiento de todo así que me alegran tus palabras especialmente. Gracias otra vez 🙂 Un súper abrazo!!!!!!!!!!!
Hola Virtudes! Lo primero felicitarte por la página, y que me ha encantado lo que has escrito en este post, me identifico contigo, salvo porque nunca he viajado a Brasil aunque llevo unos añitos intentandolo sin suerte, pero tengo la suerte de hablar con muchas personas de allí y de haberme enamorado de aquel país maravilloso sin haber tenido la suerte de ir, aprendí portugués yo sola con un libro y investigo de aquello, espero algún día cumplir mi sueño y vivir allí en un futuro. Así te quería preguntar sobre lo del día 23 de Julio, hay que apuntarse en algún lugar? Me encantaría poder ir y conocer mas personas como yo.
Hola Sara! Me alegro de que hayas llegado hasta aquí! A partir de ahora te sentirás más en Brasil que nunca jejeje… Tú no te preocupes que entre todos te ayudamos a conocer lo que tengas que conocer para cuando por fin puedas ir allí y vivir, viajar o lo que quieras hacer. A la fiesta del 23 no hace falta apuntarse. Simplemente ir, sonreír y disfrutar. Conocerás a un montón de brasileños, de españoles y de gente de todos los lugares que tienen en común una pasión muy loca por el mismo país. Bem-vinda! 😉
Muitos beijos linda! Y sigue así inspirando y enseñando cosas de allí, informando y ayudando, gracias! ♥♥♥