Brasil Más que Fútbol es pasión por Brasil y pasión por el deporte así que era solo cuestión de tiempo que hiciéramos un homenaje al título de este sitio y os presentásemos a algunas de las estrellas brasileñas que no corren detrás de un balón.
Los brasileños, además de ser mundialmente conocidos en el fútbol, destacan en otros deportes como el voley playa y tienen un pasado más que glorioso en disciplinas como la Fórmula 1. Pilotos como Ayrton Senna, Nelson Piquet o Emerson Fittipaldi han escrito la historia de esta competición. Ha habido también algún grande brasileño en deportes que no cuentan con demasiada tradición en Brasil como es el caso del tenis con Gustavo ‘Guga’ Kuerten.
Gabriel Medina es una superestrella en uno de los deportes con más adeptos en Brasil: el surf. Este paulista de 21 años hizo historia el año pasado al ser el primer brasileño que se convierte en campeón del mundo. En Brasil es un auténtico ídolo de masas. La gente lo quiere y lo respeta por haber conseguido al fin un gran título para un país que ama este deporte.
Medina es amigo íntimo de Neymar y en cierto modo sus perfiles son similares: son jóvenes talentosos y súper mediáticos. Ambos son los únicos brasileños que aparecen en la lista de los 50 deportistas con más proyección a nivel de marketing, según Sports Pro Media. Mientras que Neymar se queda segundo, Medina está en el puesto 29. Además de por sus méritos, su físico y sus amistades, a Medina se le conoce por ser capaz de hacer figuras tan complicadas como el ‘backflip’.

Algo más veterano es André Akkari. Este informático de São Paulo es una de las caras más reconocibles del póker mundial gracias a que forma parte del equipo de jugadores de Poker Stars y a su labor a la hora de difundir esta práctica en su país, uno de los pocos que reconoce al póker como deporte oficialmente.
Akkari es, junto a Ariel ‘Bahia’ Celestino, el mejor profesional del póker de Brasil y uno de los mejores del mundo. Solamente él y Alexandre Gomes cuentan con un brazalete de un torneo perteneciente a las Series Mundiales de Póker (WSOP), aunque el año pasado otro nacional logró quedar entre los nueve jugadores que disputan la mesa final del torneo principal de las WSOP en Las Vegas. El joven Bruno Politano no se pudo llevar el título pero ha hecho historia para Brasil.

Otro de los deportes que no aparece tanto en televisión pero cuenta con muchos aficionados brasileños es el ‘skateboard’. Muchos de ellos están entre los mejores del mundo. Destaca Luan Oliveira, de Porto Alegre. Poco a poco ha ido subiendo posiciones en la Street League Skateboarding y a día de hoy se encuentra en cuarta plaza de la clasificación mundial. En 2013 acabó tercero.
Luan está muy cerca de alcanzar a ‘skaters’ como Paul Rodríguez, considerado una de las leyendas vivas de este deporte. El estilo de este joven de 24 años bebe mucho de la tradición futbolera de los grandes de la ‘canarinha’: hace magia con los pies.

Igual que en el ‘skateboarding’, otra disciplina minoritaria en España pero en la que también dominan los brasileños es la lucha de artes marciales mixtas. La familia Gracie es la responsable de la creación e implantación en Estados Unidos de la modalidad brasileña de uno de los artes marciales más antiguos: el jiu-jitsu. Este tipo de pelea es uno de los que más se utiliza en UFC junto a otros como el boxeo, la lucha libre o la tailandesa. Y si hay alguien que los domina todos estos estilos y más (utiliza hasta la capoeira para pelear) es Anderson Silva.
Los brasileños Renan Barão y José Aldo son actualmente los campeones de dos de los pesos de la UFC, pero Silva, que sigue compitiendo a los 40 años, es quien ha logrado imponer su reinado durante más tiempo. Ha sido uno de los responsables de la popularización de este espectáculo de lucha tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo.

El baloncesto, sin embargo, no tiene una gran tradición en Brasil. Como en muchos otros países, está a la sombra del fútbol y solo de vez en cuando aparecen grandes estrellas. Eso sí: son muy grandes. En las finales de la NBA de este año se enfrentaban dos equipos que cuentan con dos ‘cracks’ del basket brasileño. En los Cleveland Cavaliers juega Anderson Varejão, y en los Golden State Warriors, que acabaron llevándose el campeonato NBA después de 40 años sin ganar, el gran Leandrinho Barbosa.
Varejão no ha tenido su mejor temporada por culpa de una lesión y no jugó en las finales, pero en el pasado ganó la Euroliga con el FC Barcelona y es un auténtico ídolo con los Cavaliers, donde juega desde 2004. Barbosa se incorporó a los Warriors la pasada temporada pero lleva en la NBA desde 1999 y el anillo de campeón es una merecida recompensa a una gran carrera y al talento deportivo brasileño más allá del fútbol.