Rio de Janeiro está lleno de atractivos naturales y no todos son conocidos. A veces no solo los turistas sino los propios habitantes de la ciudad no saben que existen caminatas como la trilha de Cascatinha. El reclamo principal es una cascada situada en pleno Parque Nacional da Tijuca donde también hay un mirador con unas vistas espectaculares.

A diferencia de otras trilhas en Rio de Janeiro esta la puede hacer cualquier persona independientemente de su edad o de su condición física. Para llegar a la cascada que es simplemente alucinante, no hay que caminar mucho porque está a la entrada del Parque Natural da Tijuca.
Hay gente que puede querer ir a darse un baño, hacer unas fotos, organizar un picnic y renunciar a seguir andando y otros que, como mis amigos y yo, prefieran dedicar una mañana a explorar toda esa zona.
En total el recorrido es de 1,2 kilómetros, depende del camino que sigas porque hay varias opciones que están marcadas allí. Tendrás que ir escogiendo el camino. Se pueden seguir hasta tres posibilidades. La más rápida dura media hora y la más larga una hora y media.
¿DÓNDE EMPIEZA LA TRILHA DE CASCATINHA?
Para empezar la trilha fuimos en Uber hasta el Alto de Boa Vista, concretamente a la Praça Afonso Viseu. Caminando un poco por la estrada da Cascatinha verás una parte de la cascada a la derecha. Más adelante llegas al centro de visitantes del Parque por donde tendrás que entrar para seguir el camino de las diferentes trilhas. Se puede ir en coche tranquilamente también.
Todo el trayecto está señalizado con placas que te indican las direcciones que puedes escoger. No temas porque es imposible perderte en esta zona.
El acceso está abierto desde las 8.00 de la mañana y cierran a las 17.00 (a las 18.00 en verano) por lo que tendrás que organizarte para no llegar ni demasiado pronto (no es un lugar para ver el amanecer) ni demasiado tarde.
Los puntos principales de la trilha son la propia cascada, que realmente se llama Cascatinha Taunay en honor a quien fuera dueño de esa área, el vizconde de Taunay, la capela Mayrink (no paramos a verla por dentro) y el mirador. Este último es un lugar de descanso, de madera y con forma cuadrada, desde donde se divisa toda la zona.
LA HISTORIA DE LA CASCATINHA
El gobierno imperial mandó construir en 1860 un puente de piedras en forma de arco romano. El encargo de llevar a cabo esta tarea sería el ingeniero Job de Alcântara que lo colocó delante de la Cascatinha Taunay, la cascada más alta del Parque Nacional da Tijuca. Sus aguas llegan de los rios Tijuca, Conde y algunos afluentes más pequeños.
En 1817 el artista Nicolas Antoine Taunay construyó una pequeña casa al lado de la cascada. Encantado con la imagen que veía desde las ventanas, se convirtió en el tema principal de sus cuadros.
Taunay organizaba reuniones y eventos para la corte. Su casa fue demolida en 1946 y en su lugar se construyó un restaurante que actualmente está siendo reformado para acoger otro más moderno.