La pandemia ha trastocado los planes de millones de turistas en el mundo. Viajar a Brasil durante el coronavirus COVID-19 es posible. El país tiene, a día de hoy, las fronteras abiertas*, pero conviene plantearse los pros y los contras antes de tomar una decisión.
Después de más de un año de restricciones y limitación de movilidad, la gente está cansada. Cansada de confinamientos, toques de queda y reclusión. Y Brasil motiva. Motiva su naturaleza, su alegría, su pasión, su efervescencia, su inmensidad, su hábitos… La pregunta es: ¿Vale la pena asumir todos los riesgos que supone un viaje internacional en este momento?

Mi respuesta, que no deja de ser una opinión personal, es clara: NO. No vale la pena.
Hace algo más de un mes gravé un vídeo para el canal de YouTube en el que comentaba algunos motivos por los que creía que es mejor posponer los viajes a Brasil para cuando la situación mundial mejore.
En ese momento estaba en Rio de Janeiro. Llevaba doce meses sin salir de la ciudad para nada, seis haciendo cuarentena en casa. Ahora mismo estoy en España. Vine porque mi padre fue internado en el hospital con coronavirus y me asusté.
Me asusté hasta el punto de dejarlo todo y volar al día siguiente. Después de la experiencia ratifico mi opinión: NO. Una y cien mil veces: NO VALE LA PENA viajar a Brasil durante el coronavirus. Dentro de lo posible y si no es por causa mayor: quédate donde estás. Recomendación, no orden. Cada uno es libre, por supuesto, de hacer lo que quiera :)
Las razones:
1. Te pones en riesgo tú y pones en riesgo a tu familia y personas vulnerables. Brasil es un país maravilloso, pero no es ejemplar en cuanto a la conducción de la pandemia se refiere. Está claro que muchos gobiernos en el mundo han cometido errores. Errores motivados por la improvisación. Nadie les debió dar una clase de cómo gestionar pandemias. Entra dentro de lo normal.
El problema es cuando el gobierno, y más específicamente el presidente, niega absolutamente la gravedad de la enfermedad, se burla de ella y actúa como si nada ocurriera.
Millones de brasileños dependen de su trabajo diario. Si no salen a la calle, no comen. Y nadie les ayuda. Sería responsabilidad del Estado tomar medidas de impulso a las familias, pero en los países de Sudamérica, desgraciadamente no es así. Los impuestos parecen pagarse para nada…
Unos por necesidad y otros por absoluta falta de empatía y de sentido cívico y social, se aglomeran en la calle. Bares, fiestas, conciertos, multitudes que no toman ninguna medida de seguridad, ni siquiera el uso de mascarilla. Esta gente se infecta e infecta a los demás. Por no hablar del transporte público…
El virus está ahí, en la calle. En cualquier lugar te puedes contagiar, está claro. Pero en un país donde no se valora la gravedad de la situación como realmente es, es más fácil que contraigas en coronavirus. ¿Cómo te sentirías si por querer viajar a Brasil le transmitieses el virus a personas más vulnerables y muriesen? Piénsalo…

2. ¡Gastas una fortuna en pruebas! Para entrar en Brasil como turista durante la pandemia necesitas tener una prueba PCR negativa. El precio de estos tests es variable, dependen de cada país y laboratorio, pero suelen ser caros. No sirven los rápidos de antígenos. Tienen que ser RT-PCR. Yo pagué 350 reales en el aeropuerto de São Paulo y 75 euros en Madrid. En España, el valor medio es de entre 110 y 120 euros. En la capital hay un par de sitios un poco más baratos.
3. Te puedes quedar atrapado en Brasil. Si el resultado de tu test es positivo, no podrás volver a tu país. Tendrás que hacer cuarentena en la ciudad en la que te encuentres. Y tendrás que pagar más: hotel, casa donde puedas evitar el contacto con otras personas, etc. Y pensarás: ¿por qué va a dar positivo? Pues puede dar perfectamente por los días de convivencia con otras personas en Brasil. Te puedes contagiar en el aeropuerto, en un autobús, en el hotel, en una cafetería, en el supermercado… ¡En cualquier lugar!
Si das positivo y no tienes síntomas, perfecto. Solo tendrás que pagar una nueva PCR (o más porque hay mucha gente que sigue dando positivo durante meses después de superar el coronavirus). Pero… ¿y si necesitas hospitalización? Llevarás un seguro de viaje, claro. Pero activarlos muchas veces no es tan sencillo y menos en un lugar donde el idioma es diferente y la burocracia horrible.
En muchas ciudades las UCI’s están desbordadas y, en algunas, ni siquiera hay oxígeno en los hospitales. Este es el panorama…
El motivo por el que no condeno, ni mucho menos, a la gente que a pesar de todo decide viajar a Brasil es la necesidad de respirar y desconectar, por un lado, y la ayuda al sector de la restauración y hostelería. La gente que vive del turismo realmente lo está pasando mal. En Brasil nadie ayuda a los empresarios, nadie ayuda a los autónomos, están dejados a su suerte completamente.
Alojarse en un hotel, comer en un restaurante, comprar en una tienda (elige las pequeñas, de barrio, de artesanos… lo necesitan más) significa echar una mano a esas personas que viven de recibirnos cuando viajamos, que nos atienden y nos guían. Es el único lado positivo que le encuentro a viajar durante esta pesadilla de pandemia.
Creo que es el momento de quedarse en el país en el que se está porque es más seguro, pero, como dije antes, es mi opinión personal y entiendo y respeto las contrarias :)
* Los viajeros procedentes de Reino Unido y Sudáfrica no pueden entrar en Brasil en este momento debido a las cepas de coronavirus de ambos países (2/3/2021)