Muchísimos brasileños recuerdan los nombres con increíble facilidad. ¡No se olvidan!
Ellos te preguntan: ¿Cómo te llamas? Tú puedes responder diciendo lo más extraño del universo, que la próxima vez que te vean, ¡así te llamarán! ¡No se les olvida! ¡Es increíble!
Los turistas que llegan para visitar Brasil quizá se den cuenta más claramente de esto porque no están acostumbrados por la convivencia. Yo tengo que hacer un grandísimo esfuerezo para acordarme de los nombres de la gente porque son demasiadas cosas en mi cabeza.